Los cuentos son un recurso educativo muy valioso. En palabras de Jesús C. Guillén, no debemos olvidar el poder de las buenas historias. Así pues, uno de los recursos para lidiar con el miedo es leer relatos que hablen sobre esta emoción y que muestren cómo los personajes que tienen miedo lo superan.

Las buenas historias consiguen despertar nuestra curiosidad, que a su vez hace que nuestro cerebro segregue dopamina y nos ayuda a automotivarnos; en este caso para prestar atención a la historia y querer descubrir el final.

La propuesta es formar un círculo todos sentados en el suelo. Para fomentar la comodidad sería interesante poder sentarse encima de una alfombra con algunos cojines. Una vez todos estemos acomodados, el maestro o maestra lee la historia. Es muy importante tener presente que la entonación, los cambios de voz y la interacción con los alumnos son cruciales para captar su atención y aumentar su curiosidad hacia la historia.

Se puede consultar el apartado Vocabulario emocional, en el que hay diferentes colecciones de libros clasificados por edades, los cuales proporciona historias asociadas a esta emoción.

 

 

OBJETIVOS

• Tomar conciencia de nuestras emociones y sentimientos.

• Reconocer cómo se sienten los demás.

• Proporcionar estrategias para gestionar los miedos.

Los cuentos son un recurso educativo muy valioso. En palabras de Jesús C. Guillén, no debemos olvidar el poder de las buenas historias. Así pues, uno de los recursos para lidiar con el miedo es leer relatos que hablen sobre esta emoción y que muestren cómo los personajes que tienen miedo lo superan.

Las buenas historias consiguen despertar nuestra curiosidad, que a su vez hace que nuestro cerebro segregue dopamina y nos ayuda a automotivarnos; en este caso para prestar atención a la historia y querer descubrir el final.

La propuesta es formar un círculo todos sentados en el suelo. Para fomentar la comodidad sería interesante poder sentarse encima de una alfombra con algunos cojines. Una vez todos estemos acomodados, el maestro o maestra lee la historia. Es muy importante tener presente que la entonación, los cambios de voz y la interacción con los alumnos son cruciales para captar su atención y aumentar su curiosidad hacia la historia.

Se puede consultar el apartado Vocabulario emocional, en el que hay diferentes colecciones de libros clasificados por edades, los cuales proporciona historias asociadas a esta emoción.

 

 

OBJETIVOS

• Tomar conciencia de nuestras emociones y sentimientos.

• Reconocer cómo se sienten los demás.

• Proporcionar estrategias para gestionar los miedos.

Tal y como ya se ha mencionado, es muy importante crear un clima de seguridad y afecto para que todo el alumnado se sienta confiado para expresar sus sentimientos. Por tanto, es recomendable formar un círculo sentados en el suelo donde todos nos podamos ver. Si tenemos una alfombra grande donde sentarnos todos y unos cojines, nos ayudarán a crear el clima de comodidad que buscamos.

En el apartado de Emociones hemos visto que nuestro cerebro está programado para evitar cualquier situación desagradable. Por lo tanto, si queremos que los niños y niñas se sientan confiados para expresar sus sentimientos, es muy importante que estén en un ambiente en el que se sientan cómodos y confiados.

Empezaremos nosotros mismos a contar uno de nuestros miedos y de qué manera actuamos cuando lo sentimos.

Después, pediremos a todos los alumnos/as que expliquen uno de sus miedos y, si quieren, cómo actúan cuando lo sienten. Es importante respetar al alumno/a que no quiera compartir o verbalizar sus emociones/sentimientos, sobre todo en las primeras sesiones que se realiza esta actividad.

No obstante, debemos ayudar a nuestros alumnos a identificar correctamente las emociones y a mejorar su expresión. Así pues, si vemos que alguno no encuentra las palabras pero sí quiere compartir su miedo, es importante que lo ayudemos a través de preguntas.

 

 

OBJETIVOS

• Tomar conciencia de nuestros miedos.

• Expresar nuestros miedos.

• Reconocer cómo se sienten los demás: empatía.

Centrar nuestra atención en la respiración y no en lo que nos preocupa es una técnica de relajación muy exitosa. Esta manera de relajarse es utilizada en muchas disciplinas como la relajación, el yoga, el mindfulness, etc.

Delante de un estímulo que provoque la emoción del miedo, nuestro cerebro, de manera inconsciente, activa toda una serie de cambios en nuestro cuerpo para prepararnos para actuar. Entre estos cambios está el aumento de la frecuencia cardíaca y consecuentemente el de la respiración. Controlar nuestro ritmo respiratorio y llevarlo a un estado pausado envía al cerebro el mensaje que no hay razón para tener miedo y por lo tanto ayuda a calmarnos.

Para practicar el control respiratorio, tenemos que empezar con la práctica de conseguir centrar nuestra atención en nuestra respiración, en ser conscientes de cómo respiramos.

Pediremos a los alumnos que se tumben en el suelo del aula de manera que no se toquen unos con los otros. Es importante que estén cómodos; así pues, si es invierno y el suelo está frío, deberíamos buscar un sitio donde el suelo estuviera aislado con una alfombra, moqueta u otra superficie apropiada.

Una vez tumbados, les pediremos que cierren los ojos y que desvíen la atención hacia la nariz, fijándonos en las veces que inspiran y expiran. Cuando fijamos bien la atención, nuestro cerebro no desvía ésta a otro tipo de pensamiento, lo cual resulta muy útil cuando pretendemos desbloquear nuestra mente del miedo.

La actividad está prevista que dure unos 10-15 minutos.

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OBJETIVOS

• Proporcionar estrategias para gestionar los miedos.

• Relajarse.