Las neuronas espejo nos permiten unificar la percepción y la ejecución de la acción, de manera que nos hacen capaces de entender las acciones de los otros porque nosotros las ejecutamos igual o de manera parecida. Esta habilidad nos ha permitido sobrevivir y organizarnos socialmente, ya que, además de observar las acciones de los demás y entenderlas, estas neuronas nos permiten aprender imitando lo que los otros hacen, lo cual ha constituido la base de la cultura humana. Es por esto que el papel de las neuronas espejo en el aprendizaje es sumamente importante. 

Sin embargo, no sólo nos permiten copiar las acciones, sino que también nos dan la capacidad de mimetizar el estado emocional de las otras personas, es decir, de sentir lo que los demás sienten: nos brindan la empatía, cualidad que facilita la relación e integración social. 

 

Así pues, las personas nacemos con la capacidad de aprender imitando a los demás. Esta habilidad debe tenerse presente constantemente en el aula, puesto que nuestros alumnos absorberán más nuestra manera de actuar -lo que hacemos-, que lo que decimos. Así, debemos ser un ejemplo con nuestras acciones y no solo con nuestras palabras.