La neuroplasticidad es una propiedad intrínseca del cerebro humano y que representa el invento de la evolución para que el sistema nervioso escape de las restricciones de su propio genoma (ADN) y así pueda adaptarse a las presiones del ambiente, a los cambios psicológicos y a las experiencias vividas.

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La neuroplasticidad es un mecanismo de desarrollo y aprendizaje, pero esta capacidad de cambio, este sistema con tanta flexibilidad en su reorganización también alberga el riesgo de cambios no deseados, de aprendizajes erróneos y de llegar al punto de ser causa de ciertas patologías. 

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«Aprender y generar memoria es simplemente el proceso de tallar, modelar, dar forma, hacer y rehacer los diagramas de conexión de nuestro cerebro individual.» (Damásio, 2010)

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En palabras de Guillén, «Desde la perspectiva educativa, el concepto de plasticidad cerebral constituye una puerta abierta a la esperanza, porque implica que todos los alumnos pueden mejorar.»